El Instituto Superior de Estudios Teológicos de Oviedo está abierto a eclesiásticos o laicos que, presentando certificado válido de buena conducta y de haber realizado los estudios previos, sean idóneos para inscribirse en el primer ciclo de una Facultad eclesiástica (cfr. VG, art. 31; Ord., art. 26).
La admisión al Instituto Superior de Estudios Teológicos será concedida sobre la base de la evaluación de los documentos presentados por el candidato en relación a los estudios efectuados anteriormente.
Para formalizar la matrícula en los cursos que conducen a la obtención del Bachillerato en Teología es necesario «presentar el título de estudio que se requiera para ser admitido en la Universidad civil de la propia nación o de la región donde está la Facultad» (Art. 32 § 1, Constitución apostólica Veritatis gaudium, papa Francisco, 2017). Esto es, si el alumno procede de un país extranjero será necesario estar en posesión de la titulación que en ese mismo país exijan para el acceso a su Universidad; en caso contrario, sólo se podrán cursar estudios de Teología como alumno extraordinario u oyente, sin título eclesiástico a su conclusión.
Los alumnos que provienen de otros Centros deberán incluir en su petición de incorporación al Instituto una solicitud de reconocimiento de estudios junto a las certificaciones y programas correspondientes, que se enviarán a la Facultad.
Además, para mejor aprovechamiento de los estudios, se pide que el alumno cumpla con los siguientes requisitos propios del perfil idóneo:
- Competencia lingüística suficiente en la lengua española y conocimientos básicos de otra lengua moderna.
- Actitud reflexiva y espíritu crítico.
- Capacidad para el diálogo y apertura a otros modos de pensar y de vivir universales.
- Disposición para el estudio y trabajo intelectual, junto con el deseo de profundizar en los contenidos del misterio cristiano.
La matrícula se formaliza en Secretaría en los plazos indicados en el Calendario Académico. Dicha matrícula da derecho a la asistencia a clase, la realización de exámenes y evaluaciones.
- Competencia lingüística suficiente en la lengua española y conocimientos básicos de otra lengua moderna.
- Actitud reflexiva y espíritu crítico.
- Capacidad para el diálogo y apertura a otros modos de pensar y de vivir universales.
- Disposición para el estudio y trabajo intelectual, junto con el deseo de profundizar en los contenidos del misterio cristiano.