Pastor que guía a su rebaño
En un mundo donde la ciencia y la tecnología están al alcance de casi todo el mundo es necesario que el sacerdote esté preparado intelectualmente para poder dar razón de la fe en medio de opiniones diversas e ideologías contradictorias. Conocer la fe significa ser fiel al Evangelio y a la doctrina de la Iglesia, de esta manera se evita vivir de opiniones personales y confundir con criterios propios.
«Los estudios eclesiásticos, sin perder su carácter rigurosamente científico, tienden, por la finalidad propia del Seminario, a que la fe de los futuros presbíteros se desarrolle en dos vertientes: la vivencia íntima, contemplación y progresiva incorporación al misterio de Cristo, y la proyección apostólica, testimonio, acción intraeclesial, misión evangelizadora entre los alejados y no creyentes y la presencia sacramental en medio del mundo. Así, la formación intelectual se ve plenamente integrada, como una de sus dimensiones fundamentales, en el proceso educativo global y unitario del seminarista.»
(Plan de Formación para los seminarios mayores. Conferencia Episcopal Española, 91)